domingo, 17 de noviembre de 2013

EL REALEJO

El Realejo es un barrio situado a los pies de la Alhambra. Arrabal judío de la ciudad musulmana, cuando se conocía como Garnata al-Yahud, "Granada de los judíos", y que cuando los cristianos tomaron la ciudad, lo renombraron como Realejo, pues había sido tomado por la Corona.

Tiene dos partes bien diferenciadas: de un lado, la zona llana que conserva muy poco de su antiguo trazado urbano, evolucionado incluso desde antes de la cristianización, con algunos palacetes y casas señoriales; de otro, la alta, en la ladera de la colina del Mauror, la que baja desde Torres Bermejas es un  laberinto de callejuelas estrechas tan empinadas que muchas de ellas son escalonadas y con multitud de casas unifamiliares y cármenes granadinos. De sus murallas y sus puertas, no queda ya ningún resto.

A sus vecinos se les llama “greñuos” porque el Realejo estuvo habitado por judíos hasta la expulsión de éstos de España en 1492, lo cual fue un acontecimiento de enorme significación, tanto para la población judía obligada a salir de nuestro país como para la sociedad española de la época. Los judíos de El Realejo, como los que vivían fuera de Granada y de España, llevaban la cabellera larga (guedeja), las mujeres también, aunque se la cubrían con un velo. Por tal causa, los demás ciudadanos de Granada les llamaban los “greñúos”, y así siguieron llamando a los cristianos que repoblaron El Realejo y a sus descendientes. Incluso, en nuestros días, a los granadinos de El Realejo se les continúa llamando igual.


Comenzaremos  por la calle Pavaneras, donde se encuentra una escultura deYehuda Ibn Tibón que es una de las figuras más señaladas del judaísmo español. Nacido en Granada en 1120, fue médico, filósofo y lingüista, pero sobre todo ha quedado para la historia como el «padre de los traductores»  al ser el fundador de la dinastía de los Tibónidas. Abandonó Granada con sólo 28 años y sólo se llevó consigo su biblioteca granadina. Acabó sus días en la Provenza italiana, ejerciendo la medicina.

Hoy su legado sigue vivo a través de su imagen que da la bienvenida al viejo barrio judío de Granada, el Realejo, y a través de todos los traductores que recuerdan al patrón de su oficio.  Preside la entrada del barrio del Realejo. Mantiene su mano derecha sobre el corazón y levanta un documento al cielo, como jurando.

En el pedestal de la escultura pone: 

“Granada a su insigne hijo Yehuda Ibn Tibon, patriarca de los traductores.1.120-1.190 Médico, filósofo, poeta”.


Otra placa de él se encuentra en la pared contigua a la fachada de las Carmelitas Calzadas, muy cerca de este monumento. También hay un busto de él en el Ayuntamiento.

 

Al lado de esta estatua está la Calle Monjas del Carmen donde se encuentra el Monasterio de las Carmelitas Calzadas, en la calle de las Monjas al principio del barrio Realejo.  Del siglo XVI.


Convento de las Carmelitas Calzadas, o “de las Calabaceras”, como popularmente se las conoce, porque sus monjas durante algún tiempo se mantuvieron económicamente fabricando pasteles de calabaza. Fue morada de beatas hasta 1508, fecha en que la hermana Sor María de San Sebastián fundó el convento bajo advocación de Nuestra Señora de la Encarnación en una casa donada por cortesía del piadoso caballero Don Juan de la Torre. Al convento primitivo se le añadió posteriormente una capilla propiedad de Don Jofre de Loaysa, familia que labró la capilla mayor para su enterramiento.

En su fachada aparecen algunos vanos enrejados y celosías. Lo más destacable artísticamente desde el exterior, son las dos portadas de acceso, y una pequeña torre con tejado a cuatro aguas. La portada principal es muy sencilla, hecha en piedra gris de Sierra Elvira, con dintel y un frontón triangular partido, en cuyo centro se alberga el escudo coronado de la congregación, arropado entre pequeñas pirámides laterales. Una pequeña hornacina protegida por un tejadillo típico acoge una imagen de la Virgen del Carmen con el Niño.

En el flanco izquierdo del convento se abre la portada lateral –más elaborada–, acceso independiente a la iglesia desde la calle; en ella resalta el escudo carmelita coronado con cruz. 

El interior de la iglesia es de nave única rectangular, estrecha y compacta, con dos coros separados y gran profusión de pinturas murales. En su interior cabe destacar asimismo un excelente alfarje mudéjar de ocho paños sobre la capilla mayor, con un letrero pintado en el friso con una leyenda alusiva al fundador, el señor de Loaysa que aparece contemplando un retrato junto a su esposa, en el retablo.

El actual retablo mayor de este templo es reciente (de 1947) del escultor Sánchez Mesa. En otro retablo, de tipo barroco, se encuentra una imagen de San José esculpida por José Risueño, de estilo barroco tardío. 

Portada del convento con el escudo carmelita
y hornacina de la Virgen del Carmen
Portada a la iglesia del convento
          

Si seguimos por la Calle Pavaneras nos encontramos a la izquierda El Palacio de los Marqueses de Casablanca es una casa señorial construida sobre una antigua mezquita, es de estilo mudéjar del siglo XVI sólo conserva de su primitiva época de construcción una ventana original enrejada y decorada con yesería plateresca (cabezas de guerreros y de mujeres, “candelieri” y floreros), y un escudo.

Ventana original enrejada y decorada con yesería plateresca
Tiene una interesante fachada con portada gótica y ventanas rodeadas de decoración plateresca. El palacio integra restos de casas musulmanas y posee un patio rodeado por cenadores con elementos góticos como unas interesantes balaustradas.   Presenta dos pisos tanto al exterior (cuyos lados Este y Oeste elevan otro más sobre los otros dos laterales dando la apariencia externa de torres con vanos de medio punto, celosías, barandas de piedra y medallones con grandes mascarones humanos), como interiormente (estructurados en este último caso alrededor de un patio abierto, al que se llega tras atravesar su puerta exterior de madera claveteada y un amplio zaguán).

Tiene una portada gótica con arco conopial de ladrillo, el conjunto está enmarcado por finos baquetones góticos y con remate heráldico. En el ampilo zaguán se encuentra un antiguo carruaje.

La entrada al patio se realiza por un ángulo de este, como ocurría en las casas musulmanas. Las plantas que decoran el patio son en su mayoría aspidistras  como suele ocurrir en muchos patios granadinos.  Y como es tradicional está centrado por una fuente.

En los capiteles renacentistas hay motivos heráldicos, bóvedas de crucería de los cenadores y restos decorativos de las casas musulmanas que contuvo este palacio, el alfarje es mudéjar y la escalera, situada en un ángulo del patio como ocurre en los cánones medievales, muestra  una balaustrada gótica.

En una de las estancias del patio se encuentra la galería de arte contemporáneo "Cidi Hiaya".

  

Unos metros más adelante están: La Casa del Padre Suárez, lugar de nacimiento del filósofo y teólogo granadino. situada junto a la Casa de los Tiros, es una construcción de la primera mitad del siglo XVI. A partir de 1966 albergó los archivos de la Real Chancillería de Granada y el Histórico Provincial, función que aún hoy desempeña y para la cual se remodeló su interior puesto que debía acoger más de nueve kilómetros de estantes con antiquísimos legajos, con una valiosa documentación relacionada con los mariscos y con la Inquisición. Actualmente están gestionados por el Ministerio y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Esta casa señorial aparece dispuesta al exterior mediante una fachada hoy muy remodelada por la característica composición de tres alturas con sencillos vanos rectangulares dispuestos regularmente más dos torres en sus extremos, de las que sólo la instalada en la esquina derecha es original de su época de construcción (con tres arcos de medio punto, pilastras y alero de canes, todo de ladrillo, se dispone sobre un ventanuco cuadrado que se decora con puntas de diamante y una cabeza animal en su centro) mientras que la del lado izquierdo es moderna.

En ella se conserva una portada original pero descentrada al ubicarse bajo la torre derecha, decorada con elementos renacentistas y consistente en un hueco adintelado enmarcado por pilastras clasicistas de capiteles jónicos muy decorados, sobre la que figura un balcón principal de hierro forjado y también apilastrado con capiteles corintios y flanqueado por grandes ménsulas vegetales.

Este inmueble ha sufrido muchas reformas a lo largo de su vida. El cuerpo superior de ladrillo, con tres vanos de medio punto en cada lado, es una adición del siglo XX. De sus elementos originales, del siglo XVI, sólo se conservan una torre (lateral derecha, muy restaurada) y la portada principal, decorada con elementos renacentistas, como unas pilastras clasicistas de orden jónico. Sobre la puerta se abre un balcón de hierro con capiteles corintios, abrazado por ménsulas vegetales.

A través de su puerta se ingresa en un gran zaguán cubierto con un sólido alfarje y por el que se entra al patio, situado a la izquierda, abierto en sus cuatro lados por arcos de medio punto que apoyan sobre columnas toscanas, y alrededor del cual se organiza todo el interior. Aparece aquí dentro toda la heráldica de la familia. 

    
          Portada de la Casa del Padre Suárez   
 Casa del Padre Suárez

      
    
















La Casa de los Tiros , edificio renacentista que actualmente acoge el Museo de Artes y Costumbres Populares.

Es un palacio construido en el siglo XVI en la muralla, con bella fachada adornada de mosquetones acompañados del lema "El corazón manda". Recibe su nombre de las piezas de , que asoman entre las almenas que rematan su fachada. La peculiar fachada presenta una constelación de esculturas de cuerpo entero, apoyadas sobre pedestales.

 A través de una sencilla portada adintelada, con puerta de madera claveteada, se accede a la planta baja tras cruzar un zaguán cubierto por un bello alfarje de grandes vigas sobre zapatas de madera. En los tableros se representan pictóricamente combates de criaturas fabulosas (como leones y  unicornios). Una escalera a la derecha del patio porticado de forma rectangular, conduce a la planta superior, en donde destaca la famosa Sala de la Cuadra Dorada (o Cuarto Dorado, salón principal o noble, Todo el techo está lleno de personajes ilustres: Garcilaso de la Vega, el Gran Capitán…) por su decoración y sus puertas platerescas y donde hay un bello artesonado policromado.
       
               La Casa de los Tiros                                                                            La Cuadra Dorada

Enfrente se encuentra la plaza del Padre Suárez con varias cosas interesantes:

Plaza del Padre Suárez, está enfrente de la Casa de los Tiros y de la propia Casa del Padre Suárez, en ella se encuentra el Pilar de Don Pedro, Este pilar perteneció a D. Pedro de Mendoza quien lo mandó construir para su casa y huerta situadas en la vecina calle Cañaveral. De su lugar original se trasladó el pilar al Paseo del Violón en el siglo XVIII. EN 1942, dentro de la reforma llevada a cabo por Antonio Gallego Burín, se trasladó este pilar a la Plaza del Padre Suárez, frente a la Casa de los Tiros y adosado al muro oriental de Capitanía.

El pilar es sencillo. Si quitáramos el escudo que rompe y centra el frontón, no tenía ningún elemento sobresaliente: pila rectangular y perfil ligeramente panzudo con remate recto; frontis de un solo cuerpo dividido en dos tableros remarcados y en el centro de cada uno, un mascarón que expulsa el agua por la boca. Rematado por un frontón partido con grandes volutas enrolladas hacia el interior, en medio de las cuales campea el escudo heráldico del linaje de los Mendoza.

Hoy día este ejemplar gana en vistosidad a estar adosado a un muro de color granate y dividido por falsas pilastras color albero. En los paños que surgen de fraccionar la pared se han colocado tres  escudos: el real en el centro y el de la ciudad en los dos laterales, también en piedra.

Constituye uno de los escasos ejemplos conservados del mobiliario urbano del siglo XVI, de estilo renacentista.

                                              

En su centro se yergue la columna funeraria en honor al actor Isidoro Maíquez, fue un famoso actor español de comienzos del Romanticismo.

A un lado se encuentra la parte de atrás del MADOC, acrónimo de "Mando de Adiestramiento y Doctrina militar", sobre el espacio donde antaño se ubicaba la primera Catedral de Granada luego reconvertida en la Casa Grande/Monasterio de los Franciscanos, y finalmente en la Capitanía General de Granada. una bella portada de almohadillado rústico renacentista, que fue trasladada desde el presidio de la calle Cárcel Baja, y que conserva sobre su arco una cartela alusiva al Corregidor del momento.

     
                 Plaza del Padre Suárez                                                                 Portada de Capitanía en la plaza 
             con la columna de Isidoro Maíquez                                           

Enfrente de todo esto se encuentra el Palacio del Marqués de Villaalegre de 1858, actualmente acoge el Colegio Nuestra Señora de las Mercedes (Las Mercedarias).

La encantadora fachada de este palacio historicista resulta algo difícil de apreciar en su totalidad, pues suele estar parcialmente cubierta por las copas de los árboles. Destaca no obstante por su elegancia, lograda gracias a una cuidada composición racional y geométrica de sus elementos arquitectónicos y decorativos. Cada planta se diferencia mediante largas cornisas blancas. Un bello pórtico tetrástilo sobresale, alzado sobre una plataforma con columnata dórica. El programa ornamental se basa en el uso de todo tipo de finas molduras neorrenacentistas (rosetas, ménsulas, mascarones,...). El frontón superior deja paso a una cornisa de triglifos, rosetas y mútulos, mientras el tejado ostenta dulces jarrones floridos. La fachada es de color rosáceo.

Este palacio neoclásico del Marqués de Villaalegre tiene un  baño árabe en el sótano.




El Palacio de los Condes de Castillejo de Alazores es el último casón aristocrático digno de mención de la plaza. 

Obra atribuida al genial arquitecto Diego de Siloé, su fachada original del sigloXVI resulta aún parcialmente visible en la calle Ballesteros: una portada renacentista de piedra se inserta en el chaflán del edificio, con arco de medio punto con forma de un peculiarísimo luneto. El tímpano aún conserva (aunque bastante deteriorado) el escudo condal. 

Sobre esta pieza heráldica, se abre un vano esquinero con balcón, en donde destaca una curiosa columna angular de madera acanalada, con capitel compuesto y pedestal, recurso habitual en la arquitectura nobiliaria castellana. Las fachadas laterales exhiben preciosas ventanas platerescas de escayola. 

En su interior cuenta con un patio.

  
         Balcón esquinero                               Detalle del escudo sobre la puerta

Volviendo a la calle principal, que ahora se llama Santa Escolástica, y a la derecha nos encontramos con la Plaza de los Girones que presenta hoy el aspecto de una amplia calle arbolada con las vistosas fachadas de algunos palacios de los siglos XVIII y XIX, como:

El Palacio de los Duques de Gor, de finales del siglo XIX con  fachada de fábrica de ladrillo y sillería de piedra, con profusa decoración de elementos eclécticos e historicistas (El historicismo, también denominado romanticismo, desarrollado principalmente en el siglo XIX y principios del XX consiste en recuperar la arquitectura de tiempos pasados. Se trataba de imitar estilos arquitectónicos de otras épocas incorporándole algunas características culturales de ese siglo mientras que la arquitectura ecléctica se dedicaba a mezclar estilos para dar forma a algo nuevo).

Portada coronada en arco escarzano, con escudo de fundición y balcón volado sobre ella. Rejería de hierro. Miradores de carpintería metálica de fino diseño en los huecos extremos de la planta alta. Cornisa de ladrillo y piedra tallada, con mascarones y elementos decorativos que evocan el modernismo. Zaguán con escalera, segunda puerta, vestíbulo y gran escalera que conduce el piso principal. Importante biblioteca y archivo con raras ediciones y documentos. Gran patio ocupando la parte trasera, con acceso desde el vestíbulo y frente a la entrada, en torno al cual se organizan las edificaciones de servicio: granero, cochera, cuadra, corral, lavadero, etc.

 Actualmente acoge varias oficinas y aulas del anexo Colegio de las Mercedarias

   

Adosado al Palacio de los Duques de Gor se encuentra el Palacio de los Condes de Gabia,  edificio de finales del siglo XVIII que durante mucho tiempo perteneció a los condes de Gabia, fue adquirido por la Diputación Provincial de Granada donde se albergan oficinas y sirve como sala de exposiciones y conferencias. Es un edificio que consta de dos plantas y planta baja, fue remodelado en 1881 (en este año se le añadió la planta superior) y en los años 40.  

Destaca su elegante portada principal de piedra y un majestuoso balcón con los escudos heráldicos condales. Su fachada está pintada de color burdeos y en ella podemos ver su escudo de armas. En la fachada lateral se muestra uno de sus bellos balcones cerrados y achaflanados, con un laborioso cierre.

Su interior se organiza en torno a un luminoso patio rectangular, con suelo de mármol y una fuente de tonos rosáceos en el centro, con columnas que sostienen las galerías superiores, elemento típico de los patios granadinos, y cenadores en los cuatro lados.

En la actualidad acoge exposiciones temporales. Pertenece a la Diputación de Granada, Área de Cultura.

Palacio de los Condes de Gabia
Portada del palacio
   
                                    Patio  con fuente de   mármol                                                    Balcón cerrado                                                                 



Enfrente del Palacio de los Condes de Gabia y haciendo esquina con la Calle Ancha de Santo Domingo está La Casa de los Girones, (de donde le viene el nombre a la plaza, aunque su entrada la tiene por la Calle Ancha de Santo Domingo).

Es un palacete almohade del siglo XIII que ha conservado algunas estancias originales, se trata del ejemplo de arquitectura doméstica musulmana más antiguo conservado en Granada, pues conserva todavía algunos de sus elementos originales árabes, como inscripciones caligráficas de yeso, zócalos esmaltados, restos cromáticos del siglo XIII temprano, arcos y vanos nazaríes, etc., todos ellos de un elevado interés, pues guardan relación temporal y estética con las construcciones almohades. Conserva algo de su patio original y el salón principal que están decorados con unos estucos más antiguos que los de la Alhambra.

El inmueble original fue una rábita u oratorio almohade que, en 1290, el emir Muhammad II transformó en residencia aristocrática. La casa fue luego, a finales del siglo XV, incluida en un palacio-almunia, patrimonio de una hermana de Boabdil el Chico, último emir nazarí de Granada.

En el patio interior de la Casa Árabe de los Girones se conservan algunas columnas árabes así como la alberca, también de origen árabe. También un pilar realizado en piedra de Sierra Elvira, colocado en el año 1598, una de las muchas reformas que ha sufrido el edificio hasta nuestros días.

El edificio fue levantado sobre un palacio árabe anterior, del que queda una sala baja a la que se accede por un arco de medio punto peraltado, decorado en las jambas con azulejos policromados.

Hoy acoge en su seno la Dirección Provincial del Instituto Andaluz de la Juventud.

  

   Patio con alberca árabe y pilar de 1598

Llegamos a la antigua Plaza del Realejo Bajo, actualmente rebautizada como Plaza Fortuny en honor al célebre y genial pintor catalán Mariano Fortuny (Reus, 1838–Roma, 1874). Durante una breve visita a Granada junto a la que sería su esposa, Cecilia (hija del pintor Federico Madrazo), Mariano quedó entusiasmado con la luz, el color y el encanto de la ciudad andaluza y se quedó a residir en ella entre 1870 y 1871. Aquí nacería su hijo (también Mariano), afamado escenógrafo teatral y diseñador de telas.
Desde aquí podemos ir hacia la derecha por la calle Carnicería y entraremos en la Plaza de Santo Domingo, a la izquierda de esta plaza veremos el Beaterio de Santo Domingo hoy Colegio Mayor femenino Santo Domingo,  fundado en 1701 por Teresa Titos Garzón para educar a las niñas pobres y alojar a las mujeres necesitadas.



Junto a su gran portada barroca de piedra y ladrillo, se perfila la portada del antiguo Hospital y Casa del Arte de la Seda, centro asistencial para los oficiales de tan importante gremio, base económica del Realejo de los siglos  XVI y XVII. En 1511, se creó en Granada la Casa del Arte de la Seda que tenía su sede en la calle Cobertizo de Santo Domingo. Su misión era medir, pesar y certificar con su sello la calidad de las sedas. A mediados del siglo XVI se labraba tanta seda en Granada y su reino que casi toda la gente vivía de los más de 300 tornos que había; y un siglo después funcionaban unos 3.000 telares que producían sobre todo rasos, felpas y brocados.


Al lado está la estrecha callejuela Cobertizo de Santo Domingo, Constituida por una bóveda de medio cañón toda de ladrillo que une la iglesia y el Colegio Mayor. Está decorado al exterior con una ventana de medio punto protegida por una artística reja, sobre la que abre un ventanuco redondo y un segundo cuerpo de ventanas, y en su interior se aloja el Camarín de la Virgen del Rosario.

Solía aplicarse la denominación de cobertizo: a los lugares a cubierto por los salientes de los tejados; a las calles generalmente estrechas y cubiertas por estos aleros; a esos pasadizos que unían dos casas de un mismo propietario salvando una calle o, incluso a los portales. 

Granada, como heredera de un pasado urbanístico medieval, era rica en cobertizos, callejones, callejuelas, casas de paso y hasta postigos o calles con puertas. Eso ha dejado una rica huella en la toponimia de la ciudad.


      
       Cobertizo de Santo Domingo, por delante
 y por detrás





















Pasando por el cobertizo y por detrás de la Iglesia llegamos a la calle Paco Seco de Lucena donde está el parque del Cuarto Real de Santo Domingo, que es el último vestigio al aire libre y público que queda de lo que fueron unas huertas y jardines extensos, propiedad de la aristocracia nazarí del siglo XIII. 

El Cuarto Real de Santo Domingo fue una posesión de los monarcas nazaríes de Granada, llamada la Huerta Grande de la Almanxarra. Los Reyes Católicos lo cedieron a la Orden de Santo Domingo para la fundación del Convento de Santa Cruz la Real. La antigua propiedad fue sufriendo sucesivas mermas, acentuadas tras la Desamortización de los bienes eclesiásticos del siglo XIX. En ese momento, la parte de la finca no ocupada por el convento pasó a manos privadas. El Cuarto Real y un resto de la huerta fueron adquiridos por el Ayuntamiento de Granada en 1990.

Alberca en el Parque del Cuarto Real
El Cuarto Real desde el parque

Y a el Cuarto Real de Santo Domingo que es un antiguo palacio de época almohade, ubicado junto a la cerca que cerraba el barrio de "Rabad al-Fajjarin" (hoy Realejo), en la Granada musulmana. 

Tras la conquista de Granada, el edificio pasó a manos de los Reyes Católicos, quienes se lo cedieron a los Dominicos, que lo unieron al convento de Santa Cruz la Real. Es de  arquitectura residencial del siglo XIII. 

Fue Palacio Real Nazarí con jardines, la sala principal en uno de los torreones de la muralla sobre la Cuesta de Aixa, fue retiro real en el Ramadán. De planta cuadrada, se realizó en el siglo XVII, con alcobas laterales, arcos decorados, capiteles de transición, yeserías, inscripciones y armadura de cubierta de lazo. Los zócalos alicatados en las impostas del acceso en cerámica dorada con inscripción cúfica. Unido al Palacio de los Dávila Ponce de León, ha sido donado para ser restaurado y ubicar el Museo de la Ciudad.

          
Interior del Cuarto Real
Paredón del Cuarto Real 
desde la Plaza Cuarto Real
    


    








  









Las propiedades de los dominicos también incluían el Cuarto Real de Santo Domingo, hacia el sur, y el solar que hoy ocupa la comisaría de policía en la plaza de los Campos.


Aquí tenemos un detalle de la torre de lo que fue el Coristado del Convento de Santa Cruz la Real, que se prolongaba hacia esta zona, y que ahora se encuentra inmerso en lo que es la Comisaría de Policía de la Plaza de los Campos, después de pasar por múltiples usos y vicisitudes, como oficinas de museo, viviendas de familias humildes o sede del Frente de Juventudes tras la Guerra Civil, hasta llegar a su actual uso.

  
                              Torre del Coristado del Convento Santa Cruz la Real, hoy está en la Policía

Llegamos al Convento de Santa Cruz La Real, el más importante, rico y grandioso de toda Granada; sin duda, esto se debía al claro trato de favor que los Reyes Católicos dispensaron siempre a la Orden de Sto. Domingo, en agradecimiento por sus servicios prestados en la corte.  Fue éste uno de los primeros monasterios nacidos tras la Toma, y para remarcarlo, fue erigido sobre la antigua y poderosa Mezquita de Al–Hatar de al–Fajjarín.

Apenas un año después de las capitulaciones, en 1493, el dominico Fray Alonso de Valiza tomó posesión de la mezquita, y de una gran porción de las huertas de la Almanxarra y Geninataubín, con sus almunias nazaríes –como el Cuarto Real de Santo Domingo–. Esto supuso que la Orden dominica se enriqueciera hasta llegar a ser la más rica de la ciudad, en el S. XVI.

El primer conjunto monástico respondió al estilo gótico tardío. Más tarde, tras el Concilio de Trento, se le añadieron aportes renacentistas y barrocos. Al respecto el monasterio conserva aún de su etapa barroca un gran patio claustral ajardinado, llamado de los Naranjos. De este patio se conserva lo esencial aunque se han perdido las cancelas del claustro y la fuente monumental que ocupaba su centro. Las rejas se usaron para hacer balas en tiempos de la invasión napoleónica y la fuente barroca de los Cuatro Leones, se instaló entre el paseo del Salón y el de la Bomba. Ornamentalmente sencillo pero lleno de elegancia, se estructura en dos pisos con galerías abiertas de estilo serliano, con arcos  romanos y columnas de orden toscano. Este patio (visitable) constituye un auténtico remanso de paz, cuajado de rosales, cítricos y grandes magnolios.

Tiene dos escaleras, de gran interés: la principal de tipo imperial, y la auxiliar; destacan en ambas sus bóvedas decoradas.


Escalera imperial            
En un lateral del patio, destaca una magnífica escalera monumental de tipo imperial (el tipo imperial se caracteriza por contar con un tramo de ida y dos de vuelta, en su parte intermedia la escalera se bifurca), la primera en su clase construida en Granada. La portada principal, abajo, es un grandioso pórtico de cantería, con un arco clásico central, con las iniciales coronadas “F” e “Y” (alusivas a Fernando e Isabel) en las enjutas; a los lados del arco central, se abren puertas rectangulares decorativas, con los otros emblemas de los Reyes Católicos, el yugo y las flechas. 

Cúpula barroca de la escalera




La cubierta de la escalera es una magnífica cúpula fingida de media naranja, obra barroca del siglo XVII, decorada con gran profusión de yeserías polícromas, motivos heráldicos, mascarones mitológicos, querubines, cartelas y frutas (sandías, uvas, granadas,...).






La otra escalera, algo más modesta (siglo XVII), se ubica junto a la Sacristía.


Este complejo monástico dominico ha pasado, a lo largo de su turbulenta historia, por toda clase de avatares: fue utilizado durante la invasión francesa como cuartel de caballería y cárcel; tras la desamortización  de Mendizábal (1835) perdió la mayor parte de sus dependencias originales, y se destinaron muchas a locales para el Liceo Artístico y Literario y a Museo de Antigüedades, a finales del siglo XIX, se amplió el convento –destruyendo el Claustrillo y el Noviciado– para acoger el nuevo Colegio Preparatorio Militar, obra que nunca se terminó. Entre 1893 y 1920, el lugar fue también cuartel de artillería. En fecha reciente se firmó el acuerdo de restitución y los religiosos pudieron regresar a su viejo convento, reinaugurado como centro teológico y colegio mayor, actividad que prosigue en nuestros días con éxito. Una historia marcada por tantos cambios de función, ha implicado, la modificación del aspecto original del inmueble.


Cúpula de la iglesia desde el claustro
Espadaña de la iglesia desde el patio






Justo delante de la puerta principal del colegio mayor, cruzando la calzada empedrada, llama la atención la peculiar, casi chocante, presencia de dos desgastados leoncillos de piedra, sentados sobre sus cuartos traseros a modo de impávidos guardianes, mientras sostienen unos escudos de Granada. 

Antes estos leoncillos decoraban el Puente del Genil, en el Paseo del Salón, pero a mediados del siglo XX fueron sustituidos aquellos y los viejos trasladados aquí como ornamento urbano.


Llegamos de nuevo a la Plaza de Santo Domingo. En 1942, gracias a un proyecto del alcalde Gallego y Burín -dentro de su plan de reordenación urbana- se inauguró la actual Plaza de Santo Domingo, frente a la iglesia homónima.

Presidiendo la plaza hay una  escultura en bronce de Fray Luis de Granada,  poeta, místico y filósofo del siglo XVI, magnífica obra de Pablo Loyzaga de 1910, que inicialmente se ubicaba en Plaza Bib-Rambla. La decisión de Gallego de trasladarla aquí fue acertada, pues potencia el carácter religioso del lugar, y hay que tener en cuenta que éste fue el lugar donde el dominico predicó y estudió durante gran parte de su vida. El pedestal prismático acoge inscripciones con breves datos biográficos y un listado de la obra literaria más destacable del homenajeado.

Fray Luis, de verdadero nombre Luis de Sarriá (Granada, 1504 – Lisboa, 1588), nació en el Realejo, en la Calle Molinos, en el seno de una familia muy pobre. Más tarde, estudió en el Convento de Sta. Cruz y llegó a ser preceptor de los hijos del Conde de Tendilla. En Córdoba se hizo amigo de S. Juan de Ávila. Los últimos años de su vida los pasó en Portugal donde se exilió huyendo de la Inquisición.  

El quiso que el nombre de su ciudad quedara para siempre ligado a su propio nombre, y por eso se hizo llamar Fray Luis de Granada. Fue un gran predicador y estuvo durante varios años en el convento de Santa Cruz.

Su predicación fogosa y vivaz, rompe, sin salir de la ortodoxia, con la línea tradicional dominica, obsesionada con la rigidez teológica y la limpieza doctrinal de la fe. Como teólogo, siguió una línea más agustiniana y franciscana, proclive a la sensibilidad y la imaginación, aunque siempre con base en la razón. Tal vez por eso dos de sus obras, Guía de pecadores (1556) y Libro de la oración y la meditación (1554) fueron investigadas por la Inquisición, bajo sospecha de recoger ideas iluministas. Escribió en castellano y no en latín, como era habitual en la época.

Plaza de Santo Domingo
Escultura de Fray Luis de Granada
       


  
















y la Iglesia de Santo Domingo, Fundada en el siglo XVI por los Reyes Católicos, está considerada como una de las más interesantes de toda la ciudad, predominando el gótico, con arreglo al cual se hicieron los arcos y bóvedas; sin embargo, las columnas, ventanas, cornisas y el portón son todavía románicas, por lo que presenta varios estilos (barroco, gótico tardío y renacentista).

Su entrada está precedida por un pórtico de piedra con tres arcos de medio punto sobre columnas dóricas y, en sus enjutas, campean las iniciales de los Reyes Católicos, el escudo de éstos y el del Emperador Carlos V, y el lema «tanto monta» en el centro. Por encima del pórtico se abre una ventana de dos arcos, separados por una columnilla.

En su interior hay varias capillas y destaca el retablo barroco de la Virgen del Rosario con exuberancia decorativa y de ángeles. 

Sobre la torre de campanas, unida en su día a la entrada principal del monasterio destruido, se alza una espadaña de mezquita. Los elementos decorativos son de influencias barrocas.

El camarín de nuestra Señora del Rosario es un referente de lo barroco en la capital granadina. Es de gran belleza. Se encuentra sobre la calle Cobertizo de Santo Domingo, que está al lado.

Forma parte del Monasterio de Santa Cruz la Real, lugar donde el Tribunal de la Santa Inquisición celebró sus sesiones.

         
         Iglesia de Santo Domingo
       con la espadaña

Pórtico de piedra con tres arcos y
el lema de los Reyes Católicos
    
Volvemos de nuevo a la Plaza del Realejo donde se encuentra la Cuesta del Realejo (la más grande de todas las que hay en este barrio) y subiendo sus empinadas escaleras, con barandilla, llegamos a los pies del hotel Palace, lo que quiere decir a los entornos de la Alambra.

Al principio de esta cuesta está el Pilar de Fuentenueva  (pues fue su creador) o Pilar de la Cuesta del Realejo como lo conoce la gente. Consta de una pila rectangular realizada con cinco piezas de piedra de Elvira muy bien diferenciadas por la pérdida de parte de la argamasa que las unía. Es ligeramente bulbosa, sin remate superior y con una pequeña base. En el frontis se distingue una primera franja lisa donde se colocan los caños de agua sin más decoración que un círculo que encierra el caño central. En él hay otra inscripción muy difícil de leer. Por encima de esta franja se sitúan las referidas cartelas, la central enmarcada. Constituyen la única decoración junto con unas esquemáticas y torpes aletas en relieve a los extremos. Coronando el frontis, se coloca un frontón triangular sobre una amplia cornisa y centrando el triángulo, una granada.


Un viejo pilar renacentista de piedra de dos caños, del siglo XVI, preside el arranque de la cuesta, a las espaldas del Convento de Santa Catalina. Un vistoso azulejo de la Virgen de la Misericordia, iluminada por farolillos típicos, protege esta fuente. La leyenda dice que, en otros tiempos, cada Noche de San Juan, las mozas casamenteras venían a lavarse la cara en este lugar, convencidas de que sus aguas milagrosas las harían más guapas.

   

Al comenzar la cuesta nos vamos hacia la izquierda y subimos la Cuesta de Santa Catalina, asciende una cuestecilla empedrada que lleva a la portada del Convento de Santa Catalina de Siena, fundado en 1520 sobre el solar de un antiguo edificio árabe. 

En el inmueble se instaló un cenobio de monjas dominicanas, en 1530. Saqueado por los franceses en 1810, pudo subsistir a duras penas hasta 1860, como refugio de religiosos de otros conventos suprimidos. Al exterior, lo único realmente destacable es su portada principal, adintelada y extraordinariamente sencilla, decorada por un escudo de la Orden con la leyenda Veritas, un rosario colgante, una palma y una ramita de olivo. A través del zaguán, cubierto con un bello alfarje de madera, se accede a un patio distribuidor peristilado y ajardinado, rodeado de arcos de medio punto y columnas toscanas.

El convento conserva otros relajantes patios y salas interiores -lamentablemente no visitables turísticamente-, entre ellas una elegante estancia, de gran tamaño, cubierta por un armazón troncopiramidal con exquisitas lacerías mudéjares alternando motivos de aspas y estrellas. La iglesia conventual fue construida en 1920, este modesto templo, intimista y sencillo pero extraordinariamente cargado de dulzura, atesora pese a su sencillez algunas esculturas interesantes.

            
                Cuesta de Santa Catalina
Convento de Santa Catalina de Siena
    

Subiendo la cuesta de Santa Catalina nos encontramos la Puerta del Sol y al final está el exótico y desconocido Lavadero del Sol del siglo XVII.  Uno de los antiguos lavaderos públicos que en la actualidad se mantienen en el barrio del Realejo, enclavado en la placeta homónima desde la que se tiene una impresionante vista panorámica sobre los tejados de la ciudad baja, en la que destacan especialmente la torre inacabada y la cúpula de la catedral.
Su denominación procede de su cercanía al primitivo lugar que ocupó la Puerta del Sol árabe, según los vecinos data de época judía y permaneció en servicio hasta 1965, ya que su suministro era atendido por un cañero específico.

Aparece como un templete cubierto por una armadura de madera a dos aguas reforzada por tirantes internos y protegida al exterior con tejas árabes, estructura que, realizada a imitación de las gráciles obras del siglo XVII, aparece sostenida por seis columnas dóricas procedentes de una ermita desamortizada que existió al Norte de la actual plaza.

Estos soportes apoyan en otros tantos pedestales rectangulares, unos y otros realizados en piedra de Sierra Elvira (salvo dos de ellos, que han sido rehechos en ladrillo), y todos ellos unidos mediante un poyo bajo de cantos rodados unidos con cemento, que delimita un suelo enlosado con barro cocido en forma de espina de pez en el que se incluyen unos canales de evacuación originales y por tanto muy desgastados.

Uno de los rincones más encantadores es la Puerta del Sol, antiguo lavadero situado en una bifurcación de calles desde la que se aprecia el barrio con cierta perspectiva que permite desentrañar su trazado.

  

vamos hacia la Cuesta de Rodrigo del Campo pasando por la Placeta del Hospicio Viejo de regusto musulmán. En ella hay una casa de fachada amarilla donde se lee una inscripción: “Año de 1675”. Enfrente está el Hospital de la Santa Cruz, desde 1572, al cual venían los enfermos casi curados del Hospital de San Juan de Dios, para terminar su rehabilitación. 

Finalmente, el conjunto (hoy nº 14 de la placeta) se transformó en casa de vecinos primero, y en el siglo XX, tras una intervención del arquitecto Luis Ceres, en sede del moderno Centro Universitario de Lenguas Modernas (CLM).  

De la traza original queda poco, aunque destaca su torreón derecho, de reminiscencias moriscas. El patio principal porticado exhibe arcos carpaneles que giran en torno a una fuentecilla central y una solería empedrada con motivos típicos de la ciudad.

  

Seguimos hacia la Cuesta Rodrigo del Campo –correspondiente a la antigua calle “real” o principal del Mauror árabe– podemos ver el único ejemplo conservado en todo el Realejo de aljibe típico, de época nazarí (siglo XIV). 

La presencia del Aljibe de Rodrigo del Campo se delata, tímidamente, por su arco de herradura levemente apuntado, hecho en ladrillo. Las albanegas conservan aún parte de la decoración mudéjar original de azulejos policromados (restaurados por última vez en 1892). El interior del aljibe consiste en una nave rectangular, cubierta con bóveda de cañón de ladrillo visto, con las esquinas redondeadas. Los ladrillos inferiores y la característica solería en forma de espina de pez pertenecen al diseño original. Estuvo en funcionamiento hasta el siglo XVIII; luego fue temporalmente una carpintería, hasta su rehabilitación en 1985. 

Es el único aljibe público musulmán que se conserva dentro del recinto de la Medina de Granada en la margen izquierda del río Darro.

  

Si seguimos por aquí, por todas esas callejuelas tan empinadas y escalonadas, con cármenes en sus estrechas calles llegamos hasta Torres Bermejas, en el camino por la calle Paredón  Jesús Penas nos encontramos con un extraño pilar, pues si tiene taza pero no se le ve caño sino una piedra labrada con un Cristo, se le llama pilarico del Via Crucis, en la calle Paredón de Jesús Penas y  adosado al Carmen de Maurón, en el Barrio del Realejo. 

El pilar es un pilar seco que en algún momento debió tener agua, probablemente manando del mismo vaso ya que no se observa caño alguno en su bajorrelive. También puede ser que dicha pieza se adosara en algún momento posterior al uso del pilar. Dicho bajorrelieve representa una escena del descendimiento de Jesucristo. Es todo de ladrillo.

    

y más adelante está el pilarillo de la Cuesta de los Infantes, Este pilarillo se encuentra adosado a la tapia del Carmen del Mauron, en la calle Cuesta de los Infantes, que termina en la calle Cruz de la Cuesta Berrocal y la Calle Paredón de Jesús Penas.

Fue construido durante la Primera República este sencillo pilar de piedra con un caño, empotrado en la pared y enmarcado por dos pilastras de ladrillo y coronadas por un arco.

   

Volvemos a la Plaza del Realejo si seguimos por la Calle Molinos, en el nº 12 se encuentra el hotel más estrecho del mundo (Hotel Molinos), así figura en el libro Guiness de los records. La anchura máxima del Hotel Molinos es de 5,2 metros en su parte más ancha, con una profundidad de 16,40 metros. Cuenta con nueve habitaciones distribuidas en tres plantas.

    hotel más estrecho del mundo (Hotel Molinos)

Seguimos, y a la izquierda nos adentramos en el Campo del Príncipe(se llama así porque en 1497 se hizo esa explanada, sobre el solar de un antiguo cementerio musulman,  para celebrar la boda del príncipe Juan, único hijo varón de los Reyes Católicos, aunque al final no se casó aquí). 

La plaza es el centro neurálgico del Barrio, es un poco irregular, en sus límites incluso en su topografía, es un espacio con una arboleda, un área empedrada y un Cristo de los Favores.

Nada más entrar en la plaza hay un pilar de piedra con la pileta un poco abombada y dos mascarones en el frontal que expulsan agua por la boca, está coronado por una cornisa recta. y en un extremo una fuente.


En el  otro extremo de la plaza hay una fuente. 

Campo del Príncipe
Pilar del Campo del Príncipe
A un lado de la plaza se alza el Cristo de los Favores, al que los granadinos profesan gran fervor. Su momento cumbre lo tiene el Viernes Santo a las tres de la tarde (un cornetin toca silencio y se le piden tres deseos),  con Las Siete Palabras.

El Señor de los Favores -de jaspe y alabastro-, considerado el monumento de Cristo crucificado más castizo de toda Granada por lo que significa para todos los granadinos en especial para los que viven en el barrio de El Realejo, fue costeado por los vecinos quedando instalada en dicha plaza en el año 1640.

Entre 1679 y 1682 Granada y toda su provincia padecen una epidemia de peste bubónica que hizo estragos en la población, aumentando vertiginosamente la mortandad. Precisamente en el barrio de El Realejo la incidencia de este mal fue mínima. Los “greñúos” se lo atribuyeron a la intervención de El Señor de los Favores, gracias a las oraciones de la gente que acudía masivamente ante su presencia. Precisamente en 1682 se traslada el monumento a un lateral de la misma plaza, lugar preferente, el mismo que ocupa hoy entre cuatro faroles de forja y rodeado por una verja también de hierro forjado.

Como la devoción al Señor de los Favores fue creciendo, incluso fuera de los límites de la provincia de Granada, el Arzobispo Fray Bernardo de los Ríos Guzmán concedió, a todas las personas que rezaran al Señor de los Favores un Padrenuestro y un Avemaría, 40 días de indulgencias. Asimismo, en 1788, el Arzobispo D. Francisco de Perea confirmó esos 40 días de indulgencias a quien rezara un Credo al Señor del Campo del Príncipe.  

  

Detrás del Cristo se encuentra el  Palacio del Almirante de Aragón, antiguo Hospital Militar, en un edificio del siglo XVI, que conserva un bello patio decorado con motivos platerescos y un salón con alfarje de ornamentación mudéjar. Se trata de un conjunto de edificios que, desde el siglo XVI, conformaban el Palacio de los Mendoza, Almirantes de Aragón, y que ya en el siglo XIX utilizaron como hospital militar.

Palacio renacentista del siglo XVI, con añadidos barrocos del XVIII y reformado varias veces en los siglos XIX y XX para adaptarlo a los diferentes usos que ha tenido. Es la única de las importantes casas señoriales que se levantaban en torno al hermoso Campo del Príncipe que aún se mantiene en pie. Está centrado por un elegante patio con cenadores de estilo Plateresco. Posee interesantes techumbres entre las que destaca un magnífico alfarje de estilo Mudéjar en el salón principal. Junto al zaguán de entrada y la capilla existe una interesante escalera que nos lleva a la planta superior. 

Ha tenido varios usos tras dejar de ser palacio de los Mendoza, como sede de la Junta de Comercio, Hospital de Santa Ana, colegio y Hospital Militar.

En la fachada está la portada adintelada añadida en el siglo XVIII, y a su lado la capilla con una portada de mármol negro.


Palacio del Almirante de Aragón,
con portada adintelada añadida en el siglo XVIII
Capilla con portada de mármol negro











Antes de llegar a la iglesia nos encontramos con el Pilar de San Cecilio de1891, está en  la esquina con la Calle Escuela, cerca de la Iglesia de San Cecilio, trasladado aquí en el siglo XX.

Es un pilar renacentista de piedra con pileta cuadrada y un poco deteriorada pues está cosido con grapas de hierro, en el frontis tiene dos sencillo caños y en medio una cartela con una inscripción y encima una pequeña cornisa recta.

La inscripción dice:


“El Ayuntamiento de Granada acordó construir este pilar en el mes de noviembre de 1891, siendo alcalde accidental D. Luis Sanson Granados”.



Cerca está la Iglesia de San Cecilio (Carril de San Cecilio, Barrio del Realejo)  que fue levantada entre 1524 y 1534. 

Realizada en las primeras décadas del siglo XVI, esta iglesia participa del magnífico paisaje que se puede contemplar en la plaza llamada Campo del Príncipe, viéndose toda una ladera repleta de cármenes. Su bella portada plateresca queda rodeada por las pinturas que, simulando arquitectura, cubren los muros del templo.

Situada en el barrio del Realejo, llamado así por las huertas de los reyes musulmanes que tuvo. Se construyó en conmemoración de una iglesia que la tradición asegura que existió aquí, en la que se permitía a los cristianos sometidos tener sus cultos, pero nada de ella se conservó. 

El templo es un edificio gótico-mudéjar de una sola nave dividida en tramos por cinco arcos apuntados soportados por columnas góticas. Entre las columnas se insertaron capillas laterales con arcos también ojivales, llegando al número de diez. La portada principal es  plateresca hay otra antigua portada gótico-mudéjar de los pies  del templo. Sus paredes exteriores estuvieron decoradas con pinturas murales al trampantojo, hoy se encuentran muy deterioradas. 

Hay un pilar granadino al pie de la torre. Los retablos son barrocos, el del altar mayor y en todas las capillas, guarda algunas imágenes de gran valor artístico como la Virgen de Belén, de Alonso de Mena. La techumbre es mudéjar.

La fachada está adornada con pinturas de carácter religioso, en la portada pone “Casa de Dios y Puerta del Cielo”, y de tipo arquitectónico en su campanario, torre, esquinas y muros principales.

  

Aquí a los pies de la torre está el Pilar de la Torre de San Cecilio, es del siglo XIX y de los pocos que hay policromados.

Pilar de mármol blanco y pila abombada con dos sencillo caños, a ambos lados una franja de mármol de color salmón así como un rombo que hay entre los caños, le da un toque de color acorde con el resto de la fachada, y termina en un frontón triangular de color salmón y cornisa.

                           


Volvemos a la Calle Molinos y nos encontramos con la casa de la sede de EMASAGRA con un torreón y otro edificio del Centro de Lenguas Modernas, instalado en el antiguo Hotel Kenia, en la calle Molinos, edificio de principios del S. XX.


Sede de EMASAGRA
Centro de Lenguas Modernas



Más adelante está el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles, Siglo XVII , de monjas clarisas, tiene una pequeña iglesia con un artesonado de madera y una pequeña cúpula.
Lienzos barrocos de mérito guardados en el edificio son el Crucifijo entre ángeles de la Sala de juntas, la Virgen de la Caridad y un San Antonio del Salón de Actos, y la Inmaculada de la escalera. Este tipo de portada es único en la capital granadina, aunque no infrecuente en Cádiz o Sevilla. La fachada en ladrillo se articula en dos pisos moldurados con vanos adintelados y acodados, reflejo del gusto desornamentado escurialense, con remate superior afenestrado a manera de galería, ornado con decoración geométrica y apilastrados.

Aquí se encuentra la Seráfica Hermandad de Nuestra Señora de los Ángeles (Patrona de las Vistillas).

La Orden de Santa Clara constituye la parte necesaria y complementaria, en cuanto a la contemplación, de la vida franciscana. Clara quiso compartir el estilo de vida evangélico y pobre iniciado por Francisco. Con ellas caminamos y crecemos en nuestra común vocación franciscana. Su clausura, como medio para cultivar la vida contemplativa, nos abre los caminos del mundo a la evangelización; su oración, sostiene nuestro trabajo apostólico; su pobreza y alegría recuerdan y sostienen la de los Hermanos Menores.

En la Provincia Franciscana de Granada existe la Federación de Nuestra Señora de Regla de las Hermanas Clarisas a la que pertenece los siguientes conventos: Monasterio Ntra. Sra. de los Ángeles (en calle Molinos 76); Monasterio de la Encarnación (en Pl. de la Encarnación, 1); Monasterio del Santo Ángel (en calle San Antón, 40); Real Monasterio Sta. Isabel la Real (en calle Sta. Isabel la Real, 15. Albayzín ).


   

1 comentario:

  1. Que "magnifico adefesio", ha quedado despues de la "eterna respauracion", del hospital militar, ya que se puede decir que como "intervencion estetica", ha resultado un fracaso; pues ha conseguido anular la presencia de este edificio en el CAMPO DEL PRINCIPE. Si se pera uno, que lo recuerde anteriormente a "este atropello", NOTA QUE LE HAN QUITADO "EL ALMA", DE LA FILOSOFIA CON QUE SE HIZO ESTE.

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